domingo, 3 de marzo de 2013

¡ Mi tarta de San Valentín en marzo!


Este invierno somos uno más en casa... el virus de la gripe ha llegado y se resiste a abandonarnos.

Mi marido y yo decidimos aplazar nuestra cena de San Valentín para cuando estuviésemos mejor. Pero como ya han pasado 2 semanas y seguimos igual, decidí que de esta semana no pasaba y le hice una tarta.

El menú de nuestra cena de San Valentín (celebrada casi en marzo) fue: tarta, un vaso de leche caliente y un paracetamol.
Como música ambiental, estaba mi niño dando vueltas por el salón y cantando el Pollito Pío. Incluso le pegó un bocado a la tarta cuando estábamos distraídos.
Ya sé que no es muy romántico pero es la mejor cena que hemos podido tener este año, con 2 niños tan pequeñitos y estando todos resfriados...

Bueno, os pongo la receta:

PARA EL BIZCOCHO “MADEIRA SPONGE CAKE”
  • 4 huevos
  • 200 g mantequilla en pomada
  • 200 g de azúcar
  • 300 g de harina
  • ½ sobre de levadura Royal
  • 1 pizca de sal
  • Ralladura de limón o naranja o vainilla o 25 g de chocolate en polvo
PARA EL ALMÍBAR
  • 150 grs. de agua
  • 150 grs. de azúcar
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
PARA EL BUTTERCREAM DE VAINILLA
  • 250 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 325 gr de icing sugar o, en su defecto, azúcar glas
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 2 ó 3 cucharadas de leche semidesnatada
PARA LA DECORACION
  • Fondant blanco
  • Fondant rojo

ELABORACIÓN:
Empezamos con el bizcocho ya que, es esencial que se deje reposar 1 noche en el frigorífico bien cerrado en una bolsa o en un tupper.

Tamizamos la levadura, la harina y la sal. Reservamos.

Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que crezcan.

Una vez trabajados el azúcar y la mantequilla, incorporamos los huevos uno a uno sin parar de batir.

Puede tener un aspecto como de cortado pero no pasa nada, se arregla cuando se le incorpora la harina. Se añade cucharada a cucharada sin parar de batir, de la misma manera que los huevos.

Preparamos un molde con mantequilla y harina. Horneamos con el horno precalentado a 160º, unos 40 minutos o hasta que al pincharlo con una brochetita, salga limpio.
Dejamos enfriar un poco y, cuando podamos tocar el molde con las manos, desmoldamos y dejamos enfriar el bizcocho en la rejilla. Después, envolvemos en una bolsa y a la nevera.

Una vez que nuestro bizcocho ha pasado una noche en el frigorífico, podemos continuar con la tarta. Ahora haciendo el almíbar.

Ponemos todos los ingredientes en el vaso excepto el licor y programamos 10 minutos, 100º, velocidad 2. Espera a que enfríe antes de usarlo. El almíbar dura hasta 1 semana en la nevera.
Yo lo preparo en la thermomix pero se puede elaborar fácilmente de forma tradicional. Colocamos los ingredientes en una cacerolita, disolvemos el azúcar en el agua y cocinamos a fuego medio hasta que espese (unos 15 minutos). Lo importante es no dejar de remover, porque de lo contrario se puede caramelizar y no servirá.

Ahora vamos con la decoración: igualamos el bizcocho, lo cortamos en 2 secciones y untamos con almíbar y buttercream cada una de ellas. Yo utilicé el buttercream de vainilla que me sobró de los Cupcakes Andaluces que hice el día anterior.
Montamos la tarta, pegando cada una de las secciones del bizcocho y la cubrimos con una capa muy fina de buttercream (para así pegar el fondant a la tarta y que ésta no se reseque).
La decoración no fue muy complicada... ¡un montón de corazones!

Por cierto, el regalo que me ha hecho mi marido por San Valentín ha sido la amasadora Bestron. ¡Qué bieeeeeeeeeen!



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