Este
invierno somos uno más en casa... el virus de la gripe ha llegado y
se resiste a abandonarnos.
Mi
marido y yo decidimos aplazar nuestra cena de San Valentín para
cuando estuviésemos mejor. Pero como ya han pasado 2 semanas y
seguimos igual, decidí que de esta semana no pasaba y le hice una
tarta.
El
menú de nuestra cena de San Valentín (celebrada casi en marzo) fue:
tarta, un vaso de leche caliente y un paracetamol.
Como
música ambiental, estaba mi niño dando vueltas por el salón y
cantando el Pollito Pío. Incluso le pegó un bocado a la tarta
cuando estábamos distraídos.
Ya
sé que no es muy romántico pero es la mejor cena que hemos podido
tener este año, con 2 niños tan pequeñitos y estando todos
resfriados...
Bueno,
os pongo la receta:
PARA
EL BIZCOCHO “MADEIRA SPONGE CAKE”
- 4 huevos
- 200 g mantequilla en pomada
- 200 g de azúcar
- 300 g de harina
- ½ sobre de levadura Royal
- 1 pizca de sal
- Ralladura de limón o naranja o vainilla o 25 g de chocolate en polvo
PARA
EL ALMÍBAR
-
150 grs. de agua
-
150 grs. de azúcar
-
1 cucharadita de extracto de vainilla
PARA
EL BUTTERCREAM DE VAINILLA
- 250 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
- 325 gr de icing sugar o, en su defecto, azúcar glas
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 2 ó 3 cucharadas de leche semidesnatada
PARA
LA DECORACION
- Fondant blanco
- Fondant rojo
ELABORACIÓN:
Empezamos
con el bizcocho ya que, es esencial que se deje reposar 1 noche en el
frigorífico bien cerrado en una bolsa o en un tupper.
Tamizamos
la levadura, la harina y la sal. Reservamos.
Batimos
la mantequilla con el azúcar hasta que crezcan.
Una
vez trabajados el azúcar y la mantequilla, incorporamos los huevos
uno a uno sin parar de batir.
Puede
tener un aspecto como de cortado pero no pasa nada, se arregla cuando
se le incorpora la harina. Se añade cucharada a cucharada sin parar
de batir, de la misma manera que los huevos.
Preparamos
un molde con mantequilla y harina. Horneamos con el horno
precalentado a 160º, unos 40 minutos o hasta que al pincharlo con
una brochetita, salga limpio.
Dejamos
enfriar un poco y, cuando podamos tocar el molde con las manos,
desmoldamos y dejamos enfriar el bizcocho en la rejilla. Después,
envolvemos en una bolsa y a la nevera.
Una
vez que nuestro bizcocho ha pasado una noche en el frigorífico,
podemos continuar con la tarta. Ahora haciendo el almíbar.
Ponemos
todos los ingredientes en el vaso excepto el licor y programamos 10
minutos, 100º, velocidad 2. Espera
a que enfríe antes de usarlo. El
almíbar dura hasta 1 semana en la nevera.
Yo
lo preparo en la thermomix pero se puede elaborar fácilmente de
forma tradicional. Colocamos
los ingredientes en una cacerolita, disolvemos el azúcar en el agua
y cocinamos a fuego medio hasta que espese (unos 15 minutos). Lo
importante es no dejar de remover, porque de lo contrario se puede
caramelizar y no servirá.
Ahora
vamos con la decoración: igualamos el bizcocho, lo cortamos en 2
secciones y untamos con almíbar y buttercream cada una de ellas. Yo
utilicé el buttercream de vainilla que me sobró de los Cupcakes
Andaluces que hice el día anterior.
Montamos
la tarta, pegando cada una de las secciones del bizcocho y la
cubrimos con una capa muy fina de buttercream (para así pegar el
fondant a la tarta y que ésta no se reseque).
La
decoración no fue muy complicada... ¡un montón de corazones!
Por cierto, el regalo que me ha hecho mi marido por San Valentín ha sido la amasadora Bestron. ¡Qué bieeeeeeeeeen!
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